Huelo a humo y a fracaso, la vida se me pone cuesta arriba. Bebo demasiado, hablo más de lo que debería.
Mi tinta es la sangre de las heridas de ayer, que ojala cicatricen mañana tus labios. Me guardo rencor, no sé cómo lidiar en todos estos espacios.
Tan vacía que con poco me has llenado, qué debo hacer, sentirte cerca, hablar como antaño.
Quiero tus ojos, tus manos sobre mi piel, algún beso, dejar de cometer errores temiendo perder.
Devuélveme a la vida que yo misma me he quitado.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
Más madrugadas de invierno.
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