jueves, 25 de octubre de 2018

Old.

Eres tú quien me acompaña en mis días oscuros aunque sea con él con quien finalmente apague la luz.
No lo sé, quizás no importe tanto, pero dibujar tu rostro en el suyo no te traerá aquí

10.5

Es probable que ni tan si quiera tú desees ser quien se enrede en mis brazos, pero ¿no es cierto, acaso, que me guardas tus silencios y amainas mis tormentas hasta que se apaga mi voz?
No lo sé y, ya sabemos que quizás no importe tanto, pero nunca escogí ser una opción.
Hoy me he puesto el vestido rosa que llevaba el día en que te conocí, aunque ni si quiera pudieras verlo.
Porque cómo le explico al mundo que cuando me pongo guapa es para ti aunque no me puedas ver,
Que todas las horas junto a ti jamás serían perdidas, por poco que podamos hacer.
Que no me importaría traicionar a mis sentidos, si a cambio te pudiera tener.
Que has condicionado mis principios, aunque no desprecies mi manera de ser.

Y es que sólo espero que algún día te veas como yo te veo, me veas como yo te veo.

8.

Déjame quedarme un poco más aquí, tan solo hasta que sea inevitable ir. Déjame fingir que no sé nada, qué no sé quien te espera al otro lado de la puerta, quién duerme en el otro extremo de la almohada. Déjame creer que mis palabras sirven de algo, al menos a veces. Que mis labios te curan, mis manos te calman. Déjame engañarme a mí misma, estar ahí para ti, déjame luchar una última vez, no importa cuanto tarde en recuperarme de esta batalla.

6.

En ocasiones me domina el temor y en otras la ternura, me deshago en halagos pero siempre escondida en algún rincón, a la vuelta de la esquina. Planeo escribirte una canción, pero qué sé yo de acordes, de música. Tengo miedo de escribirlo yo, de provocar tu huída. Sacio las ganas con sueños y, sin ilusión, voy vaciando mis esperanzas. Te pienso en silencio algunas madrugadas, pero te olvido al abrir los ojos por las mañanas.
No te apoderes de lo que tengo protegido, no me fuerces a destruirlo, no juegues con mi confianza fingiendo que vienes a curar algunos traumas. Pues llevo tiempo aquí esperando, como si en algún momento te hubieses ido, sin intención de pedirte que te vayas. Pero acabarías con mi paciencia, perderías mi confianza, me forzarías a cerrar la puerta, echar las llaves y darte la espalda.

5.

Dime que me besarías esta noche si pudieras, que no sean las ganas el impedimento. Dime que soy lo que te mueve, lo que te motiva, lo que te incita a seguir en pie. Dime algo que no sepa, pero que haya podido imaginar. Lo que sientes, lo que piensas, lo que murmuras cuando tienes miedo de que decida escapar. Dime que lucharás por una oportunidad, que te quedarás a ver mis ojos arder, dime que lo harás. Y si no lo logras, que no sean las ganas el impedimento.

2 nov. 2017

Hoy decidí escribirle al otoño, pues creí que había dejado las llaves y cerrado la puerta. Sabía que llamaría al timbre, es de esperar que no me ceda una bala. Pero jamás habría imaginado que entraría por la ventana, que arrasaría por completo la casa y me dejara aquí perdida entre tanto escombro, entre tanta nada.
Ya lo sabe la doctora, que he intentado ponerle fin, o convivir mientras sea en camas separadas, y es que firmé un pacto con él para que no me matara.

No quiero que me escribas de vuelta, no quiero recibir tu carta. Solo espero que tus vientos se alejen con todas esas hojas secas que has arrancado de mis entrañas, de mi alma.

2017

Que haya nacido para complacer al silencio. Para comparecer ante el brotar de sentimientos.
Para renunciar a la justicia de tus manos acariciando mi cabello.
No es sincero, si respondo que mi mundo esta atestado de cielos,
si añado que la vida me ha dotado de sueños,
si me callo todo el miedo que amordazó cada día en mi pecho



Y que estalla cada noche empapando mi almohada de miedos.