jueves, 8 de noviembre de 2018

Es a ti.

Nunca sabrás cuánto te quiero, cuánto necesito de ti,
todo lo que te escribiría si me dijeses que sí.
Cuánto he llegado a temblar cada vez que tu piel roza la mía, cuánto he llegado a sentir cuando me doy cuenta de que ya se nos escapa la luz del día.
Quisiera ser honesta con todo cuanto mi corazón ha callado. Y es que acallando a mis sentidos lamento admitir que nunca nadie me ha ganado. 
Tú que sólo traes luz cada vez que el mundo se tiñe de gris y a mi mente la invaden las tinieblas. Tú que has sido siempre quien extendió su mano para mí cuando mis fantasmas acechaban. Y yo que no pude cumplir. Y yo que entregué todo cuanto tenía a cualquiera antes que a ti.


Hoy he reparado en que no importa si comprendes mis palabras o no, si me las apaño con mi camino a la cordura o si decido huir. Porque vas a estar esperando, sea como sea, pase lo que pase, justo ahí. Y no me importa tanto tenerte como saber, simplemente, que existes junto a mí.

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