La demencia de tu mirada clavada en nuestras manos entrelazadas, de tus dedos recorriendo mi piel, de mi miocardio latiendo desbocado, de los márgenes, los puntos y las comas en mis cartas de amor.
Voy a brindar por tu ausencia aunque la lamente más que cualquiera de mis errores, de mi pérdida de valores.
Voy mentir y a decir que hicimos bien en separar nuestros corazones, en buscar nuevas aficciones, nuevas acepciones, nuevas adicciones.
Voy a soñarte esta noche de luna llena, aunque, últimamente, tan solo me inspiras pena. Pero, al fin y al cabo, me inspiras, así que mereces la pena.
Voy a engañar al pasado y martirizar al presente. A recorrer a nado, de lado a lado, las lagunas de tu mente.
Que ya es hora de vencer la derrota, de jugar a olvidarte, de aprender de nuevo a conocerte.
Que ya es hora de viajar a Marte, de emprender el camino hacia la libertad, la justicia, el arte.
Que ya es hora de hacerte entender que la solución no es obligarte a odiarte.
viernes, 30 de octubre de 2015
Demencia.
Summertime.
Noche. Una cálida noche de invierno. La luna se recorta contra el cielo ennegrecido y emana la misma esperanzadora luz que tu mirada.
Es tarde, pero eso no te importa.
La calle en ruinas se halla completamente vacía, pero eso no te importa.
La lista de reproducción ha tocado su fin, pero eso no te importa.
No te importa cuando ella aparece, caminando a su manera, medio tambaleándose, con las rodillas arañadas y un cartón de vino bajo el brazo.
No te importa cuando ella te sonríe como si nada sucediese, aunque eres totalmente consciente de que no es más que una de sus múltiples máscaras.
Y, ¿sabes? A ella tampoco le importa.
Por eso se sienta junto a ti y alza la empañada mirada hacia las estrellas. Por eso ríe aunque el tejado esté a punto de derrumbarse sobre vuestras cabezas. Por eso no teme en asentir, con tristeza, cuando le preguntas "¿otra vez?".
No le importa porque estás ahí, y eres tú quien ha logrado parar el ruido del mundo en mil ocasiones, quien la rescata constantemente de entre los escombros, escombros que la gente trata de reunir una y otra vez solo para derribar de nuevo.
De modo que, si te quedas, esperará toda la noche... O hasta que su corazón explote, para que ambos encontréis vuestro lugar.
- Puedes huir conmigo siempre que quieras. -Susurra, y una nube oculta brevemente la luna, solo para que ésta vuelva a emerger, brillando con más fuerza que nunca.
jueves, 29 de octubre de 2015
Pensamientos entre alcohol.
Tu recuerdo se derrite como hielos en mi cachi. Y no quiero caer en la desidia de calmar con calimocho la sed de victoria, tras la dura derrota que supuso perderte. Mi memoria me traiciona con escenas de besos, de discusiones, de amor, de pasión, de sueños, caricias y algún que otro olor. Y qué más da. Ya no te amo, lo prometo, pero me acuerdo de tu mirada aniñada cada vez que me corro. Y me desintegro sobre el asfalto de esta ciudad tan gris, sobre la fría barra de mi bar favorito, sobre la montaña de libros que no es sino mi medicina, aunque, a quién pretendo engañar, aún no me he logrado curar.
miércoles, 28 de octubre de 2015
Autodestrucción 2.
Quiero luchar por la igualdad y la justicia por encima de todo. Entre tus brazos o de espaldas a ti. Pero no me daré por vencida en ningún momento.
Voy a escribirte los más románticos versos. Para que me recuerdes y llores en tus noches frías. Acompañado o solitario. Pero nunca del todo completo, si no es conmigo.
Voy a escribirte para que no me olvides, aunque jamás me permita a mi misma volver a tu encuentro.
Voy a beber, y a destrozarme por dentro. Porque encuentro cierto placer en mi martirio, porque me siento más viva cuando aumenta el dolor. Por decisión propia, pues tengo bien claras mis ideas.
Voy a soñar, a ilusionarme, a convencerme de que existe un futuro mejor y de que llegará. Y voy a esperarlo con los brazos abiertos. Y los pies firmes. En tierra.
Aunque mi alma se resquebraje poco a poco por dentro.
lunes, 26 de octubre de 2015
Autodestrucción.
Y qué le hago si tan solo me apetece leer, beber, dejarme caer en alguna cama donde encuentre unos brazos entre los cuales acurrucarme. Aprender de la vida, sin estudiar académicamente todos sus procesos. Pues no somos máquinas, si no seres con emociones, sueños y corazón.
Qué le hago si necesito unos labios y múltiples caricias más que cualquier tipo de éxito profesional. Si he cambiado de filosofía. Si no quiero otra cosa que no sea escuchar música, reír, bailar, llorar, vomitar. Abrázame ahora, que voy a estallar.
Oh, no puedo ser perfecta, papá.
Tengo cicatrices, sangre, dolor y demasiadas experiencias desagradables. Me faltan fuerzas, ilusión, motivación, metas que tienten de verdad. Por reales. Estoy tan agotada de este maldito mundo artificial.
Pásame la copa, que voy a destrozarme.
domingo, 25 de octubre de 2015
Uno.
Bailaría todas las notas de tu voz al son de nuestra canción desesperada. Alrededor de la cálida hoguera de mis sueños, de tu alma.
Viajaría por tu cuerpo de lunar a lunar, de promesa en promesa, fabricando estas ilusiones en las que un buen día caí presa. De tu risa, de tus gestos, de esas dulces manos que ojala pronto me acaricien. De esa tibia piel que anhelo recorrer con mis labios, sobre la cual fundaría mi campamento militar, dispuesta a librar la batalla que vencerá, de una vez por todas, la guerra contra tus demonios, mis fantasmas.
Déjame entrar en tu mente. En lo más profundo de tu corazón. Y te prometo que haré florecer la primavera. Porque, gracias a ti, en mis ojos brillará el sol.
lunes, 12 de octubre de 2015
Sonrisa.
Una sonrisa que me daba la vida, la paz, una medicina. Y tantos recuerdos ahogados entre botellas y vasos.
Que no puedo evitar entristecerme, añorar el día en que fue mía.
Son tantos los delirios de la razón en las mañanas grises... Que no me importaría saltar al abismo en busca de un futuro mejor, para cumplir las promesas, los sueños que se agotaron y perdieron entre los miedos y las prisas.
domingo, 4 de octubre de 2015
Yo para protegerme de los miles de cuchillos, de pistolas que amenazan con besar mi sien. Tú para hacer crecer tu número de amantes cautivos, para cautivarnos una a una con ese falso alter ego en el que nos haces creer.
Que yo huyo de las cuerdas, de las trampas, de tus zarpas. No intentes alcanzarme, he alzado el vuelto como un pájaro.
Y, mientras yo me libero, tú vuelves a enfundarte en tu disfraz, tu piel de lobo.
Yo marcho en busca de la paz, tú regresas a tu rutina de salir de caza.