Una sonrisa que me daba la vida, la paz, una medicina. Y tantos recuerdos ahogados entre botellas y vasos.
Que no puedo evitar entristecerme, añorar el día en que fue mía.
Son tantos los delirios de la razón en las mañanas grises... Que no me importaría saltar al abismo en busca de un futuro mejor, para cumplir las promesas, los sueños que se agotaron y perdieron entre los miedos y las prisas.
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