Eres la última calada al cigarrillo antes de que llegue el bus, el beso en el andén alguna tarde de verano, los últimos versos de Pablo Neruda, los textos más reivindicativos de Eduardo Galeano.
Anochece bajo mis pestañas y tan solo sueño con tus manos, frenéticas, sobre mi piel de madrugada.
Qué puedo decir de esta vorágine de recuerdos, de emociones, de palabras. Del vértigo de cada breve mirada.
Te quiero libre, te amo persiguiendo pequeñas ilusiones, emocionándote cerca, lejos, dondequiera que vayas. Y te sueño besándome a mi como abrazado a una guitarra.
domingo, 29 de mayo de 2016
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